4 de abril del 2025: viernes de la cuarta semana de Cuaresma: San Isidoro de Sevilla, memoria opcional

 

Santo del día:

San Isidoro de Sevilla

Alrededor de 560-636.

“Cuanto más ardor haya mostrado el alma en pecar, tanto más empeño debe tener en hacer penitencia”, enfatizó este gran erudito, obispo de Sevilla durante cuarenta años. Doctor de la Iglesia.


Ya casi es la hora

(Juan 7, 2.10.14.25-30) «A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo”.

Dejémonos interpelar por Cristo.

Esta Cuaresma nos es dada para conocerlo mejor, para purificar el conocimiento que tenemos o creemos tener de él, para descubrirlo más grande, más allá.

¡Nadie puede ponerle las manos encima, nuestras palabras, nuestros corazones no pueden detenerlo, contenerlo!

Entremos en la hora de su libertad soberana, amor ofrecido sin exclusividad.

Colette Hamza, Xavière


(Sabiduría 2, 1a.12-22 y Salmo 33) ¿Qué tiene de inquietante buscar —y encontrar— refugio en el Señor? ¿Cómo podría ser indiferente al llanto de sus hijos y no librarlos de todas sus angustias?


Primera lectura

Lectura del libro de la Sabiduría (2,1a.12-22):

SE decían los impíos, razonando equivocadamente:
«Acechemos al justo, que nos resulta fastidioso:
se opone a nuestro modo de actuar,
nos reprocha las faltas contra la ley
y nos reprende contra la educación recibida;
presume de conocer a Dios
y se llama a sí mismo hijo de Dios.
Es un reproche contra nuestros criterios,
su sola presencia nos resulta insoportable.
Lleva una vida distinta de todos los demás
y va por caminos diferentes.
Nos considera moneda falsa
y nos esquiva como a impuros.
Proclama dichoso el destino de los justos,
y presume de tener por padre a Dios.
Veamos si es verdad Jo que dice,
comprobando cómo es su muerte.
Si el justo es hijo de Dios, él lo auxiliará
y lo librará de las manos de sus enemigos.
Lo someteremos a ultrajes y torturas,
para conocer su temple y comprobar su resistencia.
Lo condenaremos a muerte ignominiosa,
pues, según dice, Dios lo salvará».
Así discurren, pero se equivocan,
pues los ciega su maldad.
Desconocen los misterios de Dios,
no esperan el premio de la santidad,
ni creen en la recompensa de una vida intachable.


Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 33,17-18.19-20,21.23

R/.
 El Señor está cerca de los atribulados

V/. El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R/.

V/. El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor. R/.

V/. Él cuida de todos sus huesos,
y ni uno solo se quebrará.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él.
 R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (7,1-2.10.25-30):

EN aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas.
Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.
Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron:
«¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene».
Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó:
«A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado».
Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.


Palabra del Señor


1

Las lecturas de este viernes de la cuarta semana de Cuaresma nos invitan a reflexionar sobre el sufrimiento del justo y la oposición que enfrenta al vivir según la voluntad de Dios. Además, nos llaman a orar por quienes padecen injusticias y por la conversión de los pecadores.​

Primera Lectura: Sabiduría 2,1a.12-22

El libro de la Sabiduría nos presenta el pensamiento de los impíos, quienes, al sentirse confrontados por la vida recta del justo, deciden perseguirlo y ponerlo a prueba. Ven en su conducta una acusación contra sus propios actos y, por ello, buscan eliminarlo. 

Este pasaje es una prefiguración del sufrimiento de Cristo, el Justo por excelencia, quien fue rechazado y condenado por aquellos a quienes vino a salvar.​

Salmo 34(33),17-18.19-20.21 y 23

El salmista nos recuerda que el Señor está cerca de los que sufren y salva a los abatidos. Aunque el justo enfrente muchas adversidades, Dios lo libra de todas ellas. 

Este salmo es una invitación a confiar en la protección divina y a mantenernos firmes en la fe, incluso en medio de las pruebas.​

Evangelio: Juan 7,1-2.10.25-30

En el evangelio, vemos a Jesús enfrentando la hostilidad de las autoridades judías que buscan matarlo. A pesar del peligro, Jesús continúa enseñando en el templo, revelando su identidad y su misión. Sin embargo, muchos no lo reconocen y cuestionan su origen. 

Jesús les responde que su conocimiento y misión provienen del Padre, pero ellos no comprenden porque no conocen verdaderamente a Dios.​

Reflexión Penitencial

Estas lecturas nos invitan a una profunda introspección durante este tiempo cuaresmal. Nos confrontan con la realidad del sufrimiento del justo y nos llaman a solidarizarnos con quienes padecen injusticias en el mundo. 

Es un momento propicio para examinar nuestras propias acciones y actitudes: ¿Somos causa de sufrimiento para otros? ¿Nos mantenemos indiferentes ante el dolor ajeno?​

La figura de Jesús, que enfrenta la persecución con valentía y fidelidad a su misión, nos inspira a mantenernos firmes en nuestra fe y a actuar con justicia y amor, incluso cuando enfrentamos oposición. Nos recuerda que seguir a Cristo implica cargar nuestra cruz y estar dispuestos a enfrentar dificultades por causa del Evangelio.​

Oración por los que Sufren y por la Conversión de los Pecadores

Señor misericordioso, te presentamos a todos aquellos que sufren injusticias, persecuciones y dolores en el mundo. Sé su refugio y fortaleza, y bríndales consuelo en medio de sus tribulaciones. Te pedimos también por la conversión de los pecadores, incluyendo nosotros mismos, para que, iluminados por tu Espíritu, volvamos nuestro corazón hacia Ti y vivamos según tu voluntad. Amén.

Que este tiempo de Cuaresma nos ayude a renovar nuestro compromiso con Dios, a solidarizarnos con los que sufren y a buscar la conversión sincera de nuestro corazón.

​Para finalizar, volvamos nuestro corazón hacia la Santísima Virgen María, modelo perfecto de fe y obediencia. Confiemos en ella nuestra vida y nuestros anhelos de obrar conforme a la voluntad de Dios. Pidámosle que, con su intercesión, nos inspire y proteja en nuestro caminar diario.​

Te invito a rezar con devoción la oración del "Memorare", una súplica tradicional que nos recuerda la poderosa intercesión de Nuestra Madre celestial:​

"Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. ¡Oh Madre del Verbo!, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén."​

Que María nos guíe siempre hacia su Hijo Jesús y nos ayude a vivir según el Evangelio.


 

2


El Nuevo Moisés


 

EN aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas.
Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.

 

Juan 7:1–2 ; 10

 

La Fiesta Judía de los Tabernáculos era una de las tres grandes fiestas durante las cuales el pueblo peregrinaba al Templo de Jerusalén para conmemorar la acción salvadora de Dios en sus vidas.

 Esta fiesta en particular era para conmemorar los 40 años que los israelitas viajaron por el desierto y habitaron en tiendas o cabañas, mientras deambulaban y eran guiados por Moisés. Por lo tanto, la fiesta también se conoce como la “Fiesta de las Cabañas”. 

Durante los siete días de esta fiesta, la gente instalaba tiendas (cabañas) alrededor del área del Templo y vivían en ellas para conmemorar el viaje de sus antepasados.

En el pasaje evangélico citado arriba, leemos que Jesús subió a escondidas a la fiesta. San Agustín explica que esto significa que, aunque Jesús estaba presente, la plena revelación de su identidad divina estaba oculta para muchos. Él estaba físicamente allí, pero muchos no sabían quién era.

Ese año en particular, cuando la fiesta estaba a la mitad, Jesús apareció en el área del Templo y comenzó a enseñar. Muchos se asombraron de Sus palabras, y otros pensaron que estaba poseído. Después de enseñarle a la gente, hubo mucho desacuerdo entre ellos acerca de la identidad de nuestro Señor. Jesús les dijo: «A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado».

En esa declaración, Jesús esencialmente estaba diciendo que entre los que lo escuchaban, algunos habían llegado a creer en Él y habían descubierto Su verdadera identidad como el Mesías, mientras que otros carecían del don de la fe y permanecían ciegos a Él. Para ellos, Su esencia divina permaneció en secreto.

De manera simbólica, la presencia de Jesús en la Fiesta de los Tabernáculos lo revela como el nuevo Moisés. Fue Moisés quien condujo al pueblo a través del desierto durante 40 años hacia la tierra prometida mientras vivían en tiendas. Nuestro Señor ahora asumía ese papel de guiar a las personas que estaban conmemorando este viaje de 40 años apareciendo en el Templo y señalando a las personas el Cielo, la verdadera Tierra Prometida.

Hoy, nuestro Señor sigue guiando a su pueblo por el camino de la vida viniendo a cada uno de nosotros para enseñarnos y revelarnos su presencia divina. Algunos escuchan y creen y continúan el viaje. A ellos se les revelan los secretos de nuestro Señor. Otros no creen y, por su falta de fe, no logran descubrir la presencia escondida de nuestro Señor a su alrededor.

Reflexione hoy sobre la imagen de Jesús viniendo hacia nosotros durante nuestro largo camino por el desierto de esta vida. Él inicialmente viene a nosotros en secreto, velado en Su verdadera esencia. Mientras nos enseña, desea levantar ese velo y revelarnos Su verdadera gloria. Él desea que habitemos con Él a través de la oración y permanezcamos atentos a Su Palabra.

Mientras contempla usted a nuestro Señor, reflexione sobre la cuestión de cuán claramente lo escucha hablar cada día. Él está aquí, con usted siempre. Pero ¿está usted con Él? ¿Lo escucha, cree en Él, lo sigue y lo sirve? ¿Permite usted que Él lo guíe cada día hacia sus promesas de nueva vida? Permita que nuestro Señor plante Su tienda junto a la suya para que esté diariamente atento a Su enseñanza y sea conducido por Él a las glorias del Cielo.

 

Mi oculto Señor, Tú viniste a revelar a todas las personas Tu amor ardiente e invitación a la vida eterna. Por favor, ven y habita conmigo durante mi viaje por la vida, y abre mi mente y mi corazón a todo lo que Tú deseas revelar. Que pueda conocerte plenamente y seguirte hasta la Tierra Prometida del Cielo. Jesús, en Ti confío.


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