14 de noviembre del 2017: martes de la 32a semana del tiempo ordinario
(Lucas 17, 7-10) En nuestro mundo donde el reconocimiento
social es tan valorizado, es bueno recordar la profunda satisfacción que aporta
el sentimiento del deber cumplido. Y cuanto todavía más servir a Dios y su
justicia puede colmarnos de alegría!
Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (2,23–3,9):
Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo, y los de su partido pasarán por ella. En cambio, la vida de los justos está en manos de Dios, y no los tocará el tormento. La gente insensata pensaba que morían, consideraba su tránsito como una desgracia, y su partida de entre nosotros como una destrucción; pero ellos están en paz. La gente pensaba que cumplían una pena, pero ellos esperaban de lleno la inmortalidad; sufrieron pequeños castigos, recibirán grandes favores, porque Dios los puso a prueba y los halló dignos de si; los probó como oro en crisol, los recibió como sacrificio de holocausto; a la hora de la cuenta resplandecerán como chispas que prenden por un cañaveral; gobernarán naciones, someterán pueblos, y el Señor reinará sobre ellos eternamente. Los que confían en él comprenderán la verdad, los fieles a su amor seguirán a su lado; porque quiere a sus devotos, se apiada de ellos y mira por sus elegidos.
Palabra de Dios
Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo, y los de su partido pasarán por ella. En cambio, la vida de los justos está en manos de Dios, y no los tocará el tormento. La gente insensata pensaba que morían, consideraba su tránsito como una desgracia, y su partida de entre nosotros como una destrucción; pero ellos están en paz. La gente pensaba que cumplían una pena, pero ellos esperaban de lleno la inmortalidad; sufrieron pequeños castigos, recibirán grandes favores, porque Dios los puso a prueba y los halló dignos de si; los probó como oro en crisol, los recibió como sacrificio de holocausto; a la hora de la cuenta resplandecerán como chispas que prenden por un cañaveral; gobernarán naciones, someterán pueblos, y el Señor reinará sobre ellos eternamente. Los que confían en él comprenderán la verdad, los fieles a su amor seguirán a su lado; porque quiere a sus devotos, se apiada de ellos y mira por sus elegidos.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 33,2-3.16-17.18-19
R/. Bendigo al Señor en todo momento
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloria en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. R/.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos. R/.
R/. Bendigo al Señor en todo momento
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloria en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. R/.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,7-10):
En aquel tiempo, dijo el Señor: «Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa" ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú" ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."»
Palabra del Señor
En aquel tiempo, dijo el Señor: «Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa" ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú" ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."»
Palabra del Señor
Reflexión
Para pertenecer al Antiguo Testamento, el libro de la
Sabiduría es un libro de vanguardia, de teología nueva. En su mensaje hay
alusión a temas de la fe cristiana que apenas se desarrollaron después de la
venida de Cristo y en concreto de la Resurrección. Recordemos que en los libros
del Antiguo Testamento no hay una fe en la resurrección desarrollada y concreta
como lo estará en los libros del Nuevo Testamento.
Por ejemplo en el
pasaje de hoy, cuando el autor del Libro de la Sabiduría ve la vida acortada
por la voluntad de la gente, él entiende que el premio a la fidelidad no
siempre llega durante la vida. Pero los seres humanos son imperecederos.
Dios los premiará después de la muerte. La muerte está ya vencida por la forma
cómo la enfrentan los fieles; y, por tanto, por el acto libre de aceptar la
muerte, los justos expresan su confianza en Dios. Ellos están en las manos de
Dios.
(ciudadredonda.org)
En el Evangelio, Jesús se dirige a los apóstoles y a los
responsables de la comunidad cristiana. Ya conocemos la parábola de los
servidores vigilantes a quienes el amo hace sentar y les sirve. La lección
estaba en la necesidad de estar vigilantes. Pero aquí la hipótesis sobre el
servidor o sirviente que ha trabajado y que pueda comer enseguida es
descartada. Es el amo quien se hace servir y come en primer lugar.
Los apóstoles están invitados a ponerse en el lugar de los
servidores. Más allá de los apóstoles, son los responsables de las comunidades
cristianas que se hacen advertir. Ellos cumplen un servicio indispensable, es
por ello que es mejor decir simples servidores y no servidores inútiles. Pero
ellos no pueden pretender creer que el amo les debe algo. De otra manera,
se les podría comparar con los fariseos que creían que sus cumplimientos
rigurosos de la Ley les daba derechos sobre Dios y que ellos no tenían
necesidad de ser salvos o salvados.
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