15 de noviembre del 2020: 33o domingo del Tiempo Ordinario (A)
Comprometámonos!
Comprometámonos con energía y
creatividad como la mujer perfecta de la primera lectura, o con audacia, como
los servidores primero y segundo del Evangelio…Con lo que tenemos, hagamos lo
mejor que podamos…
Dios nos acoge como somos, con nuestras
capacidades reales y nuestras limitaciones. Superemos nuestros miedos. Dejemos
que Dios ilumine la ruta de nuestro servicio valiente y entusiasta.
PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE LOS PROVERBIOS 31, 10-13. 19-20. 30-31
Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las
perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y
no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la
destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma
la rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa
es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señor merece alabanza.
Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
SALMO 127
R.- DICHOSO EL QUE TEME AL SEÑOR.
¡Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R.-
Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa; tus hijos,
como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R.-
Ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R.-
SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS
TESALONICENSES 5, 1-6
Hermanos:
En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis que
os escriba. Sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en
la noche. Cuando estén diciendo: "paz y seguridad", entonces, de
improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está
encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas,
para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la
luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no
durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.
Palabra de Dios.
ALELUYA Jn 15, 4a. 5b
Permaneced en mi, y yo en vosotros --dice el Señor--, el que
permanece en mí da mucho fruto.
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 25, 14-15.19-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
--Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó
encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a
otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco
talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió
dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio el que recibió uno hizo un hoyo
en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se
puso a ajustar las cuentas con ellos. "Señor, cinco talentos me dejaste;
mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un
empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo
importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había
recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira he
ganado otros dos." Su Señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel
y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa
al banquete de tu señor."
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo:
"Señor, sabía que eras exigente, que siegas donde no siembras y recoges
donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí
tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente
y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no
esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco para que al volver yo
pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al quien
tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene,
se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las
tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”.
Palabra del Señor.
A guisa de introducción:
APLICADO
Quizás
la palabra que más utilizaban nuestros profesores y padres en las reuniones de evaluación de
escuela era APLICADO …”Gustavo es un niño muy aplicado”. Con
el tiempo y poco a poco comprendería que querían decirme con aquella
palabreja…Es decir, como alumno que asistía clase era asiduo, atento a las
explicaciones del profesor, buen compañero, participante en las actividades
lúdicas, deportivas, artísticas, demostraba que me gustaba estudiar y en
particular un área específica (el lenguaje, el español y la literatura, tanto en la primaria como en la secundaria).
Aquella palabra seria
entonces elogio, como música para el oído, un cumplido (el mejor) de
progenitores y maestros.
La aplicación, el
hecho de ser aplicado, en efecto es el empleo o puesta en
práctica de un conocimiento o principio, a fin de conseguir un determinado fin;
entonces yo aplicaba mis conocimientos en las tareas de redacción, de escribir,
a la hora de hablar…”Aplicado” también iba de la mano con “disciplinado”, aquel
que empleaba bien el tiempo, era puntual, no tenía dificultades para cumplir el
reglamento escolar y escuchar las recomendaciones y o consejos de los
profesores…
La
aplicación, el estar despierto, ser sensible, y que es cualidad del
corazón, significaba para ellos y para mí el ENTUSIASMO (entos= dentro, Zeus=
dios) o sea llevando Dios adentro) en las actividades y realizaciones y que
donaba alas en la labor y estimulaba el sentido del deber bien hecho.
En una parábola,
Jesús cuenta que un propietario o Señor (que representa al Padre), confía una
fuerte suma de dinero a sus servidores antes de ausentarse. Cuando regresa, el
amo se llena de alegría al ver como dos de ellos han hecho fructificar sus
bienes. Imaginemos ahora el Padre (Dios) quien constatando nuestros esfuerzos
exclamaría: “Eh, que tu si eres un hombre despierto! (aplicado) / una mujer
despierta ¡(aplicada).
Por lo tanto no es
fácil darse plenamente, entregarse totalmente y tomar riesgos.
La imagen del
servidor que entierra su tesoro nos recuerda que el miedo está en nuestra
puerta, paralizando nos impulsos y haciéndonos dudar de la bondad de Dios. Y
entonces de dónde sacar el coraje y /o la valentía cuando vemos que el tiempo
corre a toda prisa y la energía disminuye?
Cuando era niño y mis
padres o algún maestro me estimulaba y decían “aplicado” “buen
alumno” “obediente” (que escucha y aplica), muchas posibilidades se abrían en
mí.
Y si Dios, desde
ahora, mientras que usted lee estas líneas pusiera su mirada de admiración
sobre usted? Y si Él ya lo hubiera escogido para regocijarse con usted? Todo
está ya ahí, en este momento preciso, lo que nos permite afirmar: “para un
corazón aplicado y/o despierto nada es imposible!”
Nota: en otros
contextos o lugares, “Aplicado” puede ser sinónimo de disciplinado,
dedicado, “sabio”, “listo”, “buen chico”, “un as”, “una
belleza”, “piloso” , “que está en la jugada”, etc.
Aproximación psicológica al texto del evangelio:
Realizarse o esconderse (o ser feliz o enterrarse)
En primera instancia, Jesús utiliza esta
parábola para confrontar a los escribas (conocedores y maestros de
la ley) con su estilo pastoral (de enseñar y testimoniar los mandamientos). Son
ellos quienes han recibido el depósito de la FE, de la PALABRA DE DIOS, pero en
lugar de hacerlo fructificar, ellos lo esconden entre una montaña de leyes y de
tradiciones. De tal modo que, les dice Jesús, “ustedes impiden a los
hombres entrar al Reino de los cielos! “ (Mateo 23,13) buscando la
seguridad para ustedes mismos bajo un montón de leyes. Pero ustedes deberán dar
cuenta de su negligencia pastoral, puesto que “a quien se le ha dado
mucho se le exigirá mucho” (Lucas 12,48).
Cuando Mateo redacta su evangelio, la Iglesia ya se ha separado
del judaísmo, y él retoca la parábola en función de las necesidades de la comunidad
cristiana. “El hombre que se va de viaje” llega a ser Cristo mismo,
y los servidores representan a cada cristiano”.
De ser una parábola de protesta o contestación, la parábola de
los talentos pasa a ser un llamado a la vigilancia y a la justificación por la
llegada eventual del fin de los tiempos, (Lucas introduce la parábola
así: “Jesús agrega una parábola puesto que la gente se figuraba que el
Reino de Dios iba a manifestarse pronto” (Lucas 19,11).
Esta “versión modificada” puede interpelarnos, siempre y cuando
estemos atentos a su nueva conclusión (“a todo hombre que tiene se le dará y
estará en la abundancia; pero aquel que no tiene, mismo lo poco que tenga se le
quitará”) (v.29). Que Dios empobrezca al pobre para enriquecer al rico no
cuadra bien o no se comprende con el resto de la Revelación.
En su forma definitiva, la parábola permite concluir de una
manera actual dos aproximaciones morales: la primera – aquella del tercer
siervo- es una moraleja de miedo, de seguridad, de deber. En esta aproximación
se vive en constante nerviosismo, uno se auto entierra, con sus deseos, sus
necesidades, sus fantasías y sus aspiraciones, puesto que sería demasiado
peligroso dejar vivir todo eso en el gran día.
La segunda aproximación-aquella del primer y segundo siervo-es
una moral de confianza, de apertura, de riesgo, de actualización de su
potencial. Uno se sabe responsable de lo que hace y de lo que se llega a
ser, como en la primera aproximación, pero se está más sin tensiones
(relajado)…y vivir se hace más placentero.
Estas dos aproximaciones vinculan dos imágenes diferentes de
Dios: Él es un amo meticuloso, exigente que no tolera que sus siervos cometan
errores, o bien Él es Aquel que desea para el hombre y la mujer una vida
intensa, “una vida en abundancia” (Juan 10,10) y que está presto a perdonar sin
cesar (“70 veces 7”, Mateo 18,22) los errores y las vacilaciones necesarias, para que ésta sea posible.
De tal modo que esto se relaciona directamente con el
pensamiento o propósito de Jesús muchas veces expresado en el evangelio:
“Quien busque salvar su vida la perderá y quien la pierda (la arriesgue “dejara
de apegarse a ella”, Juan 12,25) la conservará (Lucas 17,33).
1
REFLEXIÓN
Atreverse a utilizar
su pequeño talento:
La venida del Mesías
no ha puesto fin a la historia, como muchos lo pensaban: Jesús ha inaugurado
bien el Reino de Dios en la tierra pero el tiempo continúa. Asediado o atacado
por conflictos y catástrofes, él es el vector de la misión universal de la
Iglesia, quien tiene el deber de anunciar la Buena Noticia y está dirigido
hacia la Parusía, la venida del Hijo del Hombre. Entonces el tiempo tiene así
un sentido y una significación.
Entre el “Jesús que
ha venido” y el “Jesús que vendrá”, el periodo intermedio es capital: el proyecto o misión a realizar es aportar a la humanidad la alegría de la Buena Nueva.
Pero al alargarse, la historia se presta para despertar toda clase de dudas: Sera
cierto que Cristo vendrá? Vale la pena continuar con el trabajo
misionero?
Es por ello
que Jesús en sus últimas enseñanzas subraya que el peor peligro para
los discípulos no es la exacerbación (ataque, furia) del mal, la
lujuria y ambición, el ateísmo, la gravedad de las persecuciones. El mayor
peligro está en el desánimo, la tibieza, el miedo de los discípulos que pierden
la esperanza. Estas son personas geniales, respetuosas y honestas,
ellos practican sus ritos, dan una moneda a los pobres…pero ellos no esperan
más.
· Ellos
han dejado apagarse la llama de la fe (parábola de las 10 vírgenes o doncellas
del domingo pasado).
· Ellos
no luchan más (tiran la toalla): parábola de este día.
SERVIDORES
RESPONSABLES
En el momento de contar
su relato, Jesús sabía que « iba a partir ». Por la muerte, cierto,
partirá a casa de su Padre, quien, un día no conocido, le volverá a enviar.
Su Pascua ha
realizado lo esencial : la salvación del mundo se ha efectuado
pero ella no ha sido impuesta. El Reino de Dios debe propagarse,
proponerse ante las libertades: es el suceso más importante, la clave de la
historia, el stop (pare) para la maldad, el racismo, el odio, la guerra y la
apertura a la amistad, la reconciliación y la paz.
Para ello, es
necesario que aquellos (as) que lo han recibido, lo anuncien a los demás, a la
multitud de todas las naciones. Los creyentes, los cristianos, los bautizados
son todos servidores que han sido llamados y han recibido capacidades
diferentes.
Ya que el Señor nos
respeta, nos hace responsables. Él nos confía dones de un valor inestimable: el
“talento” es la moneda más fuerte de la época: correspondía aproximadamente a
35 kg de oro!!! (y es a partir de esta parábola que la palabra TALENTO entrara
en el lenguaje corriente entendida en el sentido de “capacidad”).
El evangelio, el
descubrimiento de un Dios que ama tanto el mundo a quien le ha dado su Hijo, el
camino de las Bienaventuranzas, la misericordia infinita con el hijo pródigo y
la mujer adúltera, el bautismo y la Eucaristía, el misterio de la Iglesia,
comunidad pecadora y perdonada: todas estas realidades son regalos de un precio
infinito y nosotros debemos hacerlas fructificar.
Cada uno ha recibido
su parte, más o menos, sin que se pueda saber la razón de por qué tan poco o
por qué tanto. Pero cada quien debe cumplir con su misión.
EL RETORNO Y LA
RENDICION DE CUENTAS
Mucho tiempo después,
el amo regresa y pide cuentas…
“Mucho tiempo
después”: el plazo o tiempo de espera de la Parusía será inmensa porque la
Buena Noticia está lejos de ser presentada a todos los pueblos. También la
tentación es grande de bajar los brazos. La parábola sacude nuestra apatía,
hace volver nuestros ojos hacia el avenir ineluctable, despierta nuestra
responsabilidad: un día el Señor volverá. Y nos pedirá rendirle cuentas.
La gracia
es más que un regalo, pues nos invita a trabajar: la vocación es
misión. La profesión de fe es en efecto una “profesión”: hay un trabajo de ser
cristiano. Y existen mil maneras de ejercer esta profesión: la fe no
es un privilegio para conservar en el secreto de la conciencia: ella activa,
remueve, inquieta, moviliza, compromete, ocupa, responsabiliza. Cada
quien deberá dar cuentas. De acuerdo a lo que ha recibido.
La parábola advierte
al “pequeño cristiano ordinario o normal” que con la boca abierta de admiración
ante los grandes santos busca pretexto para justificar su inacción
(inmovilidad). Es el servidor que ha recibido nada más que un talento quien es
advertido: mismo si ha sido poco lo que hemos recibido de Dios, esto debe ser
utilizado. Para marcar la insistencia capital, la parábola se atreve a comparar
a Cristo con un amo duro e inflexible.: no se juega con la responsabilidad
cristiana. La misión no es una opción facultativa. La gracia que no se utiliza
vuelve a ser tomada, y por lo tanto la pierde quien la había recibido.
De nuevo Mateo evoca
la perspectiva horrible del “afuera”, del desespero de haber perdido su vida.
LA COMUNIDAD
CRISTIANA ES COMUNIDAD MISIONERA
Nuestras parroquias,
nuestras comunidades cristianas cambiarían del todo si cada miembro aportara a
la asamblea (al grupo) lo poco que es capaz de hacer. La coyuntura actual es
propicia para esta conversión. Por mucho tiempo, la abundancia de
responsables (sacerdotes, religiosos, religiosas) ha hecho que las comunidades
reposaran por ellos: a los otros no se les pedía que seguir el tren, practicar
las ceremonias.
Hoy es más que
urgente volver a encontrar el impulso colectivo de las primeras iglesias donde se le
enseñaba a todo bautizado que el devenía en el acto un miembro activo. Los
trabajos a realizar son inmensos.
Los pastores deben
considerar como misión urgente, buscar , en diálogo con todos los bautizados, la
gama o conjunto de actividades diferentes , todo lo que hay por hacer para que
la comunidad funcione (marche, camine); y después ha de llamar a repartirse las
tareas y meterse de lleno conjuntamente al trabajo.
Hará falta mucho coraje
y paciencia para sacudir la apatía y el miedo de algunos : cuantos curas
se desalientan (desaniman) ante la muralla de rechazos : « Oh,
ustedes saben , yo, no hace falta que me pidan nada…Yo, yo soy un bueno para
nada…yo, yo no tengo tiempo…” “servidor malo y perezoso!”
Pero por
otro lado muchos bautizados están listos – preparados, después de mucho tiempo,
para asumir ciertas funciones : y vea pues, nadie les ha ocupado
(comprometido) aun. Ciertos clérigos y laicos acaparan las tareas como privilegiados
perpetuos y no osan darle confianza a otros.
Como llegar
a ser una Iglesia de « buenos y fieles servidores »?
En una sociedad que
seduce (cautiva, encanta), y que hace brillar todos los
placeres que pretenden llenar (colmar) nuestro hoy, cómo devolverles a los
cristianos la esperanza de la única ALEGRIA que permanece, la alegría de Dios?
Como convencerlos de
que « en el banco de Dios », no hay ningún riesgo de falla, de
decepción, y que por el contrario nos da la certeza que los modestos desvelos,
la entrega por amor y la caridad, serán recompensados hasta el céntuplo (100
veces)?
(2)
REFLEXION
“Muy bien servidor
bueno y fiel. Entra en la alegría de tu Señor ».
La parábola de los
talentos es un homenaje a la libertad humana. Estos talentos simbolizan las
cualidades personales que hemos recibido y las responsabilidades que nos han
sido confiadas: nuestra familia, nuestros vecinos, las personas con quienes
vivimos, nuestro mundo, la naturaleza y todo lo que está en nuestro
ambiente.
Dios confía en
nosotros y pone responsabilidades suyas en nuestras manos. El nos pide utilizar
los dones recibidos por el bien de nuestro pequeño universo (mundo). El nos
quiere creativos y nos invita a dejar de lado la pereza, la inercia y la
pasividad para que hagamos algo bueno y bonito por las personas que nos rodean.
Él nos dice esta mañana: “He aquí mis dones, mis talentos y he aquí las
personas que les he confiado. Vayan y den muchos frutos”.
Raoul Follerau, el
apóstol de los leprosos escribía en una de sus reflexiones: “Soñé que un hombre
se presentaba en el juicio de Dios: “Tú ves Señor, yo he obedecido tu ley, yo
no he hecho nada de deshonesto, de malo, de impío. Mis manos están limpias…”-
“Sin duda, respondió el Señor, sin duda, pero tus manos están vacías! De hecho,
tú no has hecho nada, tú no has arriesgado nada, nada has
producido”.
En la parábola de los talentos, Jesús nos recuerda que no existe verdadero cristianismo sin compromiso ni riesgo. Y es eso lo que nos han enseñado (o mostrado) la gran cantidad de santos y sobretodo mártires a lo largo de la historia.
En la parábola de los talentos, Jesús nos recuerda que no existe verdadero cristianismo sin compromiso ni riesgo. Y es eso lo que nos han enseñado (o mostrado) la gran cantidad de santos y sobretodo mártires a lo largo de la historia.
El tercer servidor ha
sido incapaz de apreciar la confianza y la estima que el amo le
tenía. Él se encerró en sí mismo, y él ha terminado por tener miedo. Él es
sancionado porque por miedo de hacer mal, no ha hecho nada, por miedo a
equivocarse y no lograr nada, él se ha quedado paralizado. El enterró su
talento y perdió el examen.
Esto también de paso
me recuerda una canción del artista español Dyango llamada “querer
y perder” que con respecto al amor dice: “…Pero es mejor querer Y después
perder que nunca haber querido…”
Un segundo elemento
importante de ésta parábola es la distribución de los talentos. Es necesario
resistirse a la tentación de compararse con los demás. No se trata de los
talentos de los otros sino de los talentos que Dios me ha confiado. “Hay
diversidad de dones, nos dice San Pablo: a uno se le ha dado una palabra de
sabiduría, a otro una palabra de ciencia, a otro la capacidad de acercarse a
las personas solas, al otro un don de empatía para los limitados en sus
fuerzas, etc”…El cuerpo tiene muchos miembros pero forma un todo y todos los
miembros son importantes a pesar que sean diferentes" (1 Corintios 12,4-12).
Según mis
capacidades, yo he recibido un cierto número de talentos. En su homilía sobre
el texto de hoy, un sacerdote contaba la historia de una madre de familia
africana, quien daba a sus 3 hijas tres recipientes diferentes para ir a buscar
agua en los pozos del poblado: un recipiente de 5 litros a su hija de 16 años,
uno de 3 litros a su hija de 12 y uno de un litro a la más pequeña de 7 años.
Todas las 3 participaban en el bienestar de los miembros de la familia.
La parábola nos
invita a utilizar lo mejor posible los talentos que hemos recibido, en
beneficio de la gente, que no ocurra que al final de nuestra vida le
digamos al Señor: Mira Señor yo te devuelvo el corazón que me has
dado, lo he utilizado poco para no cometer errores (no equivocarme). El sueño
(la ilusión) que me has confiado, yo te lo devuelvo tal cual me lo habías
dado. Ella está casi nueva, ella nunca ha servido. El juicio se dará sobre los
frutos que habremos producido: “ yo los he escogido para que ustedes produzcan
frutos y que los frutos permanezcan."
En la vida, es
necesario el coraje (la valentía) para tomar riesgos. Jesús ha sido duro con
los fariseos que impedían todo cambio y que querían “levantar un muro alrededor
de la ley y las tradiciones de Israel”, con el fin de protegerlas. El
cristianismo no es una religión de museo. El Señor critica las tradiciones
religiosas conservadoras que se niegan a evolucionar, a desarrollarse, a
cambiar de acuerdo a las necesidades de los tiempos. Debemos evitar apagar el
espíritu “que sopla donde quiere y renueva continuamente la faz de
la tierra”.
Al final de nuestra
vida, una cuestión simple se nos hará: “Es que el pequeño mundo que nos ha sido
confiado por Dios es más bello, más cálido, más justo y más humano después que
nosotros lo hemos habitado?” Cristo dirá entonces: “muy bien servidor bueno y
fiel. Entra en la alegría de tu Señor”.
Jesús nos confía su Palabra; nos corresponde a nosotros hacerla
fructificar. Para su alegría y para nuestra alegría.
“Una de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y la
audacia es la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y
desencantados con cara de vinagre. Nadie puede emprender una lucha si de
antemano no confía plenamente en el triunfo. El que comienza sin confiar perdió
de antemano la mitad de la batalla y entierra sus talentos.
Aun con la dolorosa conciencia de las propias fragilidades, hay
que seguir adelante sin declararse vencidos, y recordar lo que el Señor dijo a
san Pablo: «Te basta mi gracia, porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad»
(2 Co 12,9). El triunfo cristiano es siempre una cruz, pero una cruz que al
mismo tiempo es bandera de victoria, que se lleva con una ternura combativa
ante los embates del mal. El mal espíritu de la derrota es hermano de la
tentación de separar antes de tiempo el trigo de la cizaña, producto de una
desconfianza ansiosa y egocéntrica.”
( Papa Francisco, Evangeli Gaudium, No 85)
Oración-meditación
En el signo del pan
compartido,
Señor Dios, Tú te
comprometes con nosotros.
Tú nos reconfortas con tu
presencia.
Qué audacia la tuya!
Tu corres el riesgo de
hacerte cercano a nosotros
con un signo pobre,
discreto,
muy fácil de ignorar o
portarse negligente con él:
el pan compartido con toda
sencillez.
Ante nuestra tibieza,
nuestras dudas,
Tú podrías desanimarte,
y renunciar a hacer parte
de nuestras vidas.
Y por tanto, no:
Tú continúas caminando a
nuestro lado,
animándonos e invitándonos
a perseverar.
Te bendecimos,
por tu presencia y tu
audacia,
y hacemos subir hacia Ti
una oración de esperanza.
Que tu Palabra ilumine
nuestros espíritus,
y sabremos comprometernos
sin miedo
porque nuestras
capacidades
hacen la vida más bella a
nuestro alrededor.
Amén!
Referencias bibliográficas :
http://betania.es
(para los textos de las lecturas)
Pequeño « Prions
en Église », misal edición Quebec (Canadá)
HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.
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