21 de julio del 2024: decimosexto domingo del tiempo ordinario - Ciclo B

 

invitación a descansar


Los discípulos regresan de su primera misión. Al escuchar a Jesús, que los invita a descansar apartados en un lugar desierto, ¡deben estar cansados! Sin duda caminaron mucho, hablaron, escucharon.

Los encuentros cobran sentido en la relectura y en la oración.

Irse a lo apartado, retirarse, es el plan permanente de Jesús, que se sumerge constantemente en este contacto sincero con su Padre, de quien recibe su misión.

No correr el riesgo de releer (o meditar) es arriesgarse a sumergirnos en un activismo que no nos permitirá acoger la obra del Espíritu en nosotros y a nuestro alrededor.

A los discípulos que están aprendiendo su profesión misionera, Jesús extiende esta invitación al descanso.

El evangelio de hoy nos dice que no siempre es fácil alejarse, ir aparte y que hay que aprovechar los medios. 

Jesús y los discípulos, en busca de un lugar desierto, tendrán incluso que trasegar, tomar la barca y conducirla a otro lugar.

No se trata de huir de la multitud, sino de nutrirse personalmente para alimentar mejor a la multitud y responder a sus expectativas.

Después del cruce, Jesús y los discípulos encuentran a la multitud.

Su desierto, su lugar remoto, fue este momento fugaz pero necesario de la barca y la travesía.

Jesús tiene compasión por la multitud. Sus palabra frases guiarán y alimentarán a esta multitud sin pastor, que, escuchando a Jesús, se convierte en pueblo reunido por la Palabra. 

El evangelio invita al descanso.

¿Qué arreglos hago para experimentar un verdadero tiempo de descanso con Cristo durante mi descanso o vacaciones?
¿Qué palabra de Dios nutre de manera más particular este tiempo de verano?
 

Benoît Gschwind, obispo de Pamiers





PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE JEREMÍAS 23, 1-6

¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño --oráculo del Señor--. Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel: A los pastores que pastorean a mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuenta, por la maldad de vuestras acciones --oráculo del Señor--. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas, de todos los países a donde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen: ya no temerán ni se espantarán y ninguna se perderá --oráculo del Señor-- en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con ese nombre: "El-Señor-nuestra-justicia"
Palabra de Dios


SALMO RESPONSORIAL
SALMO 22

R.- EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA.

El Señor es mi Pastor, nada me falta:
En verdes praderas me hace recostar.
Me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.-

 Me guía por sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tu vas conmigo:
Tu vara y tu cayado me sosiegan. R.-

Preparas una mesa ante mí
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume
y mi copa rebosa. R.-

 Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.-



SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS 2, 13-18

Hermanos:
Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca de los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos, Judíos Y Gentiles, una sola cosa, derribando con su cuerpo el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces para crear, en él, un solo hombre nuevoReconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz; paz a vosotros los de lejos, paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.
Palabra de Dios



ALELUYA Jn 10, 27

Mis ovejas escuchan mi voz –dice el Señor--, Yo las conozco y ellas me siguen.


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 6, 30- 34

En aquel tiempo los Apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que había hecho y enseñado. Él les dijo:
-- Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.
Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Palabra del Señor



A guisa de introducción:

1

Un maestro fuera de serie

“Jesús se puso a enseñarles con calma”, otras traducciones dicen “Jesús los instruyó por largo tiempo” ( "extensamente").

La decisión de enseñar a la multitud por parte de Jesús, se desprende o es la consecuencia de una aguda  toma de conciencia de la situación deplorable en la que ella vivía.  
“Andaban como ovejas sin pastor”. A la instancia de toda esta gente que viene corriendo hacia Él, llevemos también a Jesús nuestro lote o parte de penas, de preocupaciones, de decepciones y de fracasos que nos dejan a veces en un tal estado de abandono y de confusión, tanto que caminamos como a tientas en una oscuridad casi total. 

Es verdad que a veces nos sentimos solos, abandonados o dejados a nuestra suerte. Ya sea a la ocasión de la pérdida de un hijo o de un pariente, o a causa de la traición de un ser querido, de una enfermedad que nos golpea de repente, nosotros tenemos necesidad de una presencia plena de compasión y que nos reconforte.  Necesitamos un corazón que sea conforme o acorde con nuestra necesidad. 

Jesús juega ese papel de manera eficaz. Él no puede impedir la pena, Él solamente puede curarla…Compartiéndola, haciéndola suya. Él lo hace adhiriendo colaboradores a su causa, llamando a personas a quienes les confía la tarea de ser pastores según el corazón de Dios, seres atentos a la vivencia de los otros, que se dejan tocar por sus penas y sus dificultades. Él hace el llamado a personas compasivas que saben vibrar ante el sufrimiento de los demás y que pueden calmar, ser como lenitivos existenciales, desplegando todos los recursos de su corazón y de su fe.

2

Queridos hermanos y hermanas,

Esta historia del Evangelio me conmueve cada vez que la leo.
Primero que todo, gracias a Jesús. Está atento a sus discípulos cansados. Y muestra su emoción ante el público que quisiera escucharlo.


Por otro lado, por tanta gente que me dice: quisiera dar tiempo de descanso y de oración, tiempo sólo para Dios, pero estoy ocupada con muchos compromisos. Escucho esto muy seguido. ¡Y si este texto me conmueve, probablemente sea porque me siento el primero en la lista!

Cuando Jesús recibe a sus discípulos que regresan de una misión, les ofrece un poco de descanso. ¡¡¡ Y eso nos alegra por ellos!!!
Habían hecho todo lo posible y no encontraban tiempo para comer.

¡Pero tenemos la impresión de que es un descanso imposible! Y eso nos preocupa. ¡Parece imposible estar a solas con Jesús! Mientras que yo entiendo así el verdadero descanso del creyente: estar con Jesús, ya que él nos dice: “¡Venid!”».

Los discípulos van con él en una barca. Pero la gente viene a buscarlos al otro extremo del lago. Y allí, conmovido hasta lo más profundo, vuelve a la docencia, al trabajo, a la predicación…

¿Jesús hizo una promesa falsa? ¿Ha renunciado al descanso o nos está ayudando a comprender qué es realmente el descanso? Por supuesto, prefiero mirar esta segunda hipótesis.
Y pensé en lo que escribió San Vicente de Paúl a las Hijas de la Caridad.
Había fundado esta congregación para que fueran mujeres de oración al servicio de los más pobres.
Les dijo: cuando toman tiempo para la oración silenciosa o la lectura espiritual, es algo bueno. Pero si un pobre necesita de vuestra ayuda, ve y sírvele sin preocupación.
Porque Dejar a Dios por Dios no es dejar a Dios en absoluto, es decir, dejar una obra de Dios para hacer otra, ya sea de mayor obligación o de mayor mérito».

No se trata de pensar: no hay necesidad de orar y detener la agitación.
Sobre todo, debemos hacernos la pregunta correcta:

– ¿Hago todo en connivencia con Dios?
– A pesar del cansancio, ¿compruebo que soy verdaderamente feliz tanto en mi actividad como en mi descanso?
– ¿Entiendo que estoy donde Dios quiere que esté y que estoy haciendo lo que Él espera de mí?

Básicamente, si estamos donde Dios nos envía y nos espera, ya no podremos hacer una gran diferencia entre contemplación y acción, entre descanso y misión. Por el contrario, si nos olvidamos de Dios o confiamos únicamente en nuestras fuerzas, sentiremos inquietud o aburrimiento en nuestra vida.

Debemos escuchar a Jesús decirnos: “¡Venid!  ".
Y San Agustín, gran obispo y sabio, dijo esto: “Nos has hecho Señor para ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Ti ”.

 Aunque lo necesitemos, el descanso no es simplemente el cese del ajetreo. Descanso es sobre todo tener el corazón cerca de él, Jesús, y esto, ya en medio de las preocupaciones y en el trabajo.
Verás, el descanso prometido por Jesús es menos una interrupción del dolor y el compromiso, que una calma dentro de nosotros.
Encontramos descanso cuando nos invade la certeza de que estamos donde debemos estar porque allí está él, Jesús, por nosotros.
Y la oración nos confirma en esta certeza.

 Algunos de ustedes me dirán que lo que realmente les preocupa no es el bullicio que les rodea, porque, al contrario, muchas veces están solos.
Lo se.

Entonces ustedes son como la multitud que corrió hacia Jesús.
Como ella, desea su presencia y observa cuán conmovido está de que esperes su amistad y sus palabras. Él comenzará a hablarte, a hacerse presente para ti, en lo secreto de tu corazón.

Bien lo dice San Pablo: “Él, Cristo, es nuestra paz ”.
Y cada uno de nosotros, como nuestro mundo, necesita paz.


Aproximación psicológica al texto del evangelio

El evangelio del 16º domingo del tiempo ordinario ciclo B corresponde a Marcos 6, 30-34. En este pasaje, Jesús invita a sus discípulos a retirarse a un lugar apartado para descansar después de un período de enseñanza y de realizar milagros. Sin embargo, al llegar allí, se encuentran con una gran multitud que los sigue. En lugar de retirarse, Jesús se compadece de la multitud y comienza a enseñarles y a sanar a los enfermos.

Desde una aproximación psicológica, este evangelio muestra varios aspectos importantes:

1. **Empatía y Compasión**: Jesús muestra una profunda empatía hacia la multitud. A pesar de su deseo de retirarse y descansar, no rechaza a las personas que lo buscan sino que se siente compasivo hacia ellas. Esto resalta la importancia de la compasión en las relaciones humanas y en la práctica cristiana.

2. **Equilibrio Emocional**: Aunque Jesús y sus discípulos están cansados, encuentran un equilibrio emocional para atender a las necesidades de los demás. Esto sugiere la importancia de cuidar tanto de uno mismo como de los demás, manteniendo un equilibrio entre el autocuidado y el servicio a los demás.

3. **Sentido de Propósito**: A pesar de las interrupciones y los planes contrariados, Jesús sigue su propósito de enseñar y sanar. Esto puede ser visto como un ejemplo de perseverancia y dedicación a un propósito más elevado, incluso cuando las circunstancias son difíciles.

4. **Importancia del Descanso y la Recuperación**: Aunque en este pasaje Jesús y los discípulos no logran retirarse para descansar, la necesidad de recuperación física y emocional es evidente. Esto subraya la importancia del autocuidado y el descanso como elementos esenciales para poder servir de manera efectiva a los demás.

En resumen, desde una perspectiva psicológica, el evangelio del 16º domingo del tiempo ordinario ciclo B ofrece enseñanzas sobre la empatía, el equilibrio emocional, la perseverancia en el propósito y la importancia del autocuidado. Estos elementos no solo son relevantes para entender la conducta de Jesús y sus discípulos en ese momento, sino también para aplicarlos en nuestras vidas diarias y en nuestras interacciones con los demás.



Reflexión Central


Estaban como ovejas sin pastor"


“Se conmovió porque estaban como ovejas sin pastor”.

Esta página del Evangelio se une a nuestro mundo en lo que vive. Jesús ve ante él a las multitudes, las de su tiempo y las de hoy. Señala que son “como ovejas sin pastor”. Muchos no saben adónde van, no saben qué son ni qué están haciendo en esta tierra. Hay mucha gente que vive desesperada. Pensamos en aquellos que caen en las drogas o que acaban con su vida.

Esta imagen de “ovejas sin pastor” la encontramos en el libro del profeta Ezequiel (1ª lectura). Nos describe la consternación del rebaño abandonado. Este rebaño está disperso por falta de pastor. Es como ovejas que fueron presa de las fieras. Él “está disperso por todo el país… sin que nadie lo busque”. (Ezequiel 34, 5-6)

Se trata de una terrible acusación contra los líderes políticos de Israel. Su misión era unir a su pueblo en paz y unidad. Pero sucede lo contrario. Todos solo pensaban en sus intereses personales. Se han enriquecido a costa de los más pobres. Por culpa de ellos su pueblo está disperso. La gran prioridad de Dios es la felicidad de su pueblo, es ley y justicia para todos. Él espera que vivamos juntos como hermanos, en solidaridad unos con otros. Si olvidamos esto, es un desastre. Y eso es lo que pasó.

Pero el profeta no se contenta con denunciar las desgracias. Nos dice que Dios no abandona a su pueblo. Viene a nosotros con toda la ternura de una madre que ha perdido a su hijo en la naturaleza. Esto nos dice: “Yo mismo vengo a buscar mi rebaño para cuidarlo. Lo arrancaré de todos los lugares donde fueron esparcidos…lo pastorearé en buenos pastos”.

Sí, Dios Pastor, Jesús el Pastor es “comprendido por la compasión”. Esto es lo que nos dice el Evangelio. Pero la traducción es demasiado débil. Decir que Jesús “se siente compadecido” significa que se siente poseído por su corazón como una madre hacia su hijo o incluso como un padre hacia su hijo. No puede soportar ver a esta multitud yendo en todas direcciones “como ovejas sin pastor”.

La buena noticia es que quiere ayudarlos a encontrar sentido a sus vidas. Quiere asegurarse de que ya no se sientan perdidos. Sólo él puede ayudarles a escapar de su soledad y darles esperanza. Entonces comienza a enseñarles extensamente. A diferencia de los malos pastores, él se esfuerza en cuerpo y alma. Él mismo nos dice que vino “a buscar y salvar a los que estaban perdidos”.

Pero lo que debemos entender es que Jesús no viene a emprender el camino en lugar de ellos. Viene a hacerlo con ellos. No viene a brindarles soluciones a sus problemas. Viene a traerles la luz de su presencia, el calor de su amor. Entonces su vida cobra sentido. Descubren que están avanzando hacia más amor. Dios Pastor, Jesús el Pastor es sólo amor. Con él avanzamos hacia más amor.

No podemos guardarnos estas buenas noticias para nosotros mismos. El Señor quiere que su amor, su luz y su presencia lleguen al mundo entero. Él quiere que cada uno de nosotros seamos pastor de los demás, un pastor en el nombre de Jesús. Ésta es nuestra misión y nuestra responsabilidad. Somos enviados a ser portadores de alegría y esperanza para todos los heridos en la vida. Nos las ha confiado el mismo Cristo. Él espera que nos acerquemos a ellos con la misma calidad de amor y la misma actitud que él.

En su carta a los Efesios, san Pablo arroja nueva luz sobre Cristo y su misión. Se presenta ante todos como el gran unificador. Mediante su sacrificio realiza la unidad del género humano roto por el pecado. Derribó “el muro del odio” que algunos hombres habían erigido para defender sus privilegios. Dios que ama a todos los hombres quiere que nos unamos y nos amemos unos a otros. La unidad final será fruto de tal amor. De ahora en adelante, estamos invitados a volvernos a la cruz de Cristo. Une el cielo y la tierra. Atrae a todos los hombres hacia ella.

El evangelio de Marcos no nos dice el contenido del sermón de Jesús ese día. Pero lo adivinamos: durante cinco domingos escucharemos el sermón más largo de Jesús, el del Pan de Vida.

 Señor, te rogamos: que esta Eucaristía nos ayude a cambiar nuestra mirada sobre ti, sobre nuestro mundo y sobre nosotros mismos. Amén.



2

Celo y determinación

 

“Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.”

Marcos 6:34

 

Tanto Jesús como los doce apóstoles habían estado trabajando muy duro. Los doce habían salido en misión a muchos pueblos vecinos predicando, sanando a los enfermos y expulsando demonios. Al terminar su misión, regresaron a Jesús y le contaron todo lo que habían hecho. Jesús, a su vez, los invitó: “Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco”. Pero las multitudes se enteraron de su partida en barco y rápidamente se dirigieron al otro lado del mar de Galilea para llegar antes que Jesús y los doce.

El pasaje citado anteriormente revela la reacción interna que tuvo Jesús hacia las multitudes cuando Él y los Doce desembarcaron de la barca. Aunque habían intentado alejarse juntos a un lugar tranquilo para descansar, las multitudes estaban decididas a estar con ellos. Jesús, por supuesto, no estaba molesto porque las multitudes habían echado a perder su intento de encontrar un momento de tranquilidad con los Doce. En cambio, su corazón se conmovió con compasión. Podía ver que la gente tenía hambre de más y eran “como ovejas sin pastor”. Por esa razón, Jesús inmediatamente comenzó a alimentarlos con sus enseñanzas.

Un punto que resulta útil reflexionar en este pasaje es que se describe a las personas que se reunieron como una “gran multitud”. Del pasaje siguiente del Evangelio de Marcos aprendemos que cuando Jesús terminó de enseñarles muchas cosas, realizó el milagro de la multiplicación de los peces y los panes y alimentó a 5.000 hombres, sin contar a las mujeres y los niños. Dado que la proporción estimada en ese momento de hombres adultos a mujeres y niños era de al menos 5:1, la multitud podría haber sido tan grande como 25.000 personas. Para una reunión espontánea de personas en una zona remota junto al Mar de Galilea, esa es una gran cantidad. Esto es especialmente así, ya que se estima que solo había alrededor de 1.500 personas viviendo en Cafarnaúm en ese momento. La gente había acudido en masa a nuestro Señor desde muy lejos.

Esta multitudinaria y espontánea reunión nos revela el hambre que Jesús infundió en los corazones de muchísimas personas. Algunas de estas personas ya habían oído hablar a Jesús y habían presenciado sus milagros. Otras eran aquellas a quienes los Doce acababan de predicar en los pueblos de los alrededores. Los Doce habían hablado clara y convincentemente por el poder del Espíritu Santo acerca de Jesús, y muchas personas respondieron, queriendo saber más acerca de nuestro Señor.

Al reflexionar sobre el entusiasmo de tanta gente, trate de compararlo con su propio entusiasmo por Jesús. ¿Se siente impulsado a buscarlo con la misma pasión y celo que consumían a estos primeros seguidores? ¿O siente que a veces le falta celo y entusiasmo? Esta inmensa multitud, con su celo y determinación por buscar a nuestro Señor, debería ser una fuente de inspiración y de autoexamen para todos nosotros.

Reflexione hoy sobre esta inmensa multitud. Intente verse uniéndose a ellos. Piense en cómo la predicación de los Apóstoles lo conmueve tanto que usted se concentra en su determinación de ser alimentado por la santa enseñanza de Jesús. Si le resulta difícil imaginarse actuando de esta manera, reconozca con humildad que tal vez necesite más celo por Jesús en su vida. Ore para que estos santos deseos se despierten en usted y haga todo lo que pueda para fomentar ese celo.

 

Señor compasivo, las grandes multitudes te buscaron para escucharte y alimentarse de tu santa Palabra. Ardían en deseos de estar contigo y tú les respondiste con gran misericordia. Por favor, llena mi corazón con el mismo celo y deseo por ti. Enséñame, Señor, aliméntame y acércame a ti. Jesús, en ti confío.



     OBJETIVOS DE VIDA PARA LA SEMANA :

-    Si aun estoy en vacaciones o mejor, si ya estoy trabajando y o estudiando, me doy un momento de reposo y de silencio para rehacer mis fuerzas.

-   Cada día de esta semana , releo el Salmo 22 y dejo que el Señor, mi Pastor, me conduzca hacia la paz.


ORACION:

Como el pastor vela  por sus ovejas,
Tu nos proteges y cuidas Señor.
Bendito seas Padre de Bondad
Por guiar nuestra existencia y
Por instruirnos largamente con tu Palabra de Vida.

Como el Pastor vela por sus ovejas,
Tu nos das tu Hijo, Señor
Y guías nuestros pasos.
Bendito seas Padre de Bondad por reunirnos
Y hacer de nosotros el Pueblo que amas.

Como el Pastor vela por sus ovejas,
Tú haces de nosotros Señor, un pueblo fraternal.
Bendito seas Padre de Bondad, por hacernos revivir
Y  por preparar para nosotros. 
La mesa donde nos das el Pan de Vida.

 Como el Pastor vela por sus ovejas,
 Tu estas siempre con nosotros
 Y Tu eres nuestra vida.

 Bendito seas Padre bueno
 Por darnos tu aliento
 Por colmarnos cada día  
  Del don de tu Espíritu. Amén



BIBLIOGRAFIA:


-      Pequeño “Prions en Église”, Edicion quebequense, Novalis, 2012.

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