18 de julio del 2021: 16o Domingo del Tiempo Ordinario (B)


Acá estamos de nuevo para escuchar la Palabra del Señor y dejar que resuene en nuestras mentes y corazones y se traduzca en los gestos cotidianos de nuestras manos…

Él nos invita hoy a que le dediquemos tiempo, a que saquemos  momentos para estar con Él, en lo apartado, para encontrar un poco de descanso.

En este mundo donde tantas cosas nos acaparan y hacen pesada nuestra marcha, que venga Él a hablar a nuestro corazón y que sea el Pastor que guía cada día nuestros pasos hacia la felicidad y la paz.






PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE JEREMÍAS 23, 1-6

¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño --oráculo del Señor--. Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel: A los pastores que pastorean a mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuenta, por la maldad de vuestras acciones --oráculo del Señor--. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas, de todos los países a donde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen: ya no temerán ni se espantarán y ninguna se perderá --oráculo del Señor-- en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con ese nombre: "El-Señor-nuestra-justicia"
Palabra de Dios


SALMO RESPONSORIAL
SALMO 22

R.- EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA.

El Señor es mi Pastor, nada me falta:
En verdes praderas me hace recostar.
Me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.-

 Me guía por sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tu vas conmigo:
Tu vara y tu cayado me sosiegan. R.-

Preparas una mesa ante mí
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume
y mi copa rebosa. R.-

 Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.-



SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS 2, 13-18

Hermanos:
Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca de los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos, Judíos Y Gentiles, una sola cosa, derribando con su cuerpo el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces para crear, en él, un solo hombre nuevoReconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz; paz a vosotros los de lejos, paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.
Palabra de Dios



ALELUYA Jn 10, 27

Mis ovejas escuchan mi voz –dice el Señor--, Yo las conozco y ellas me siguen.


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 6, 30- 34

En aquel tiempo los Apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que había hecho y enseñado. Él les dijo:
-- Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.
Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Palabra del Señor



A guisa de introducción:


Los visos del verdadero compartir

Yo creo que uno de los momentos más bellos y entrañables en una relación de verdadera amistad es el rencuentro, el volverse a ver para compartir sobre los hechos y experiencias de vida.

Dos amigos que se quieran o amen de verdad no podrán nada más que recontar después de una corta o larga separación y tiempo sin verse,  sus historias, sus relatos de éxito, de triunfo, pero también de fracaso, de dolor, de desilusión, de decepción.

En nuestros días, las redes sociales tan utilizadas como Facebook por ejemplo, nos están haciendo olvidar el objetivo de la amistad concreta, sencilla, clásica…Así como en el Facebook mayormente contamos nuestras alegrías o mismo nuestras sandeces y cosas inútiles, lo mismo se está proyectando en nuestros encuentros persona a persona de amistad…No nos digamos mentiras, tendemos a ser superficiales, hipócritas, pusilánimes, desconfiados, envidiosos, especuladores, desinteresados  y mas bien egoístas.

Yo puedo decirles por experiencia personal que también me he vuelto más bien reservado respecto a mis sentimientos, a mis experiencias y vivencias, a mis pensamientos…Y ello por muchas razones:

La primera porque casi nadie se interesa en lo que usted hace, en lo que ha vivido, en lo que está trabajando o estudiando…Díganme cuantos de  ustedes entre sus amigos en las pasadas vacaciones cuando lo volvieron a ver le dijeron: “…pero cuénteme de su vida, qué ha hecho, compártame una experiencia remarcable vivida en el último año…”, si lo encontraron “tienen suerte de tener aun buenos amigos”.

La segunda porque si uno toma la iniciativa de “contar sus gestas o milagros”, puede pecar de parecer jactancioso, “Pinchao”, un “echador de tierra” , “un fantoche”, y muchas de esas críticas vienen a veces de corazones celosos, tacaños o resentidos…Sin embargo, nos dejamos afectar por esas críticas equiparable a las bagatelas.

Tercera razón porque andamos siempre a las carreras, acelerados…Ya no hay tiempo para sentarse a tomar un café por extensos minutos, porque tenemos muchas personas a quien saludar o visitar…y yendo acá y allá, el tiempo vuela y las conversaciones o “compartires” son por lo mismo superficiales, lacónicos, ver frívolos.

Y una última razón porque casi amigos ideales, amigos que se interesen por sus aventuras, sus problemas o sus éxitos ya no los ve, están lejos, o están muy cerca pero han cambiado…ya no tienen como interés primordial encontrarle para escucharle y hacerse escuchar. Aunque esta última también puede pesar como razón también: ocurre que todo el mundo quiere hablar pero nadie quiere escuchar…


Un maestro fuera de serie

Jesús decide instruir a la multitud, comprendido sus apóstoles, después de tomar conciencia de la situación deplorable en la que se encuentran: “Estaban como ovejas sin pastor”. Junto a todas estas personas que vienen hacia Él, cada uno de nosotros también portamos o traemos nuestra parte de penas, de preocupaciones, de decepciones y fracasos que nos dejan a veces en un tal estado de abandono y de confusión que caminamos como a tientas en una oscuridad casi total. 

Nos sentimos solos, abandonados y dejados a nuestra sola cuenta. Ya sea a la ocasión de la perdida de un hijo o de un pariente, o de la traición de un ser querido¸ o de la enfermedad que golpea de repente, todos nosotros tenemos necesidad de una presencia compasiva (que no sienta lastima, sino que “sienta con”) y reconfortante, de un corazón que se muestre acorde y conforme a nuestra necesidad.

Jesús juega ese papel de manera eficaz. Él no puede impedir la pena, Él puede solamente curarla…compartiéndola, haciéndola suya.

El lo hace invitando y agregando colaboradores, llamando a personas a quienes confía la tarea de ser pastores al estilo del corazón de Dios, seres atentos a la vivencia de los otros, que se dejan tocar por sus penas y dificultades.

El llama a hombres y mujeres de compasión que saben vibrar ante el sufrimiento de su prójimo y que pueden consolarlo, desplegando todos los recursos de su corazón y de su fe.

Feliz rencuentro

Jesús en el evangelio después de haber enviado en misión los doce ahora los recibe para escucharles, para darles instrucciones y así  nos ofrece pistas de compartir de la vida entre amigos:

Esta reunión no tiene nada que ver con la idea de hacer un balance o evaluación de los hechos y gestos realizados por los apóstoles. Al contrario, Jesús los reúne para que permanezcan cerca de él. La relación entre Jesús y los suyos indica la importancia del rencuentro.

Ellos son personas que se vuelven a encontrar después de una ausencia larga durante un tiempo consagrado a la “misión”.  Jesús les escucha. “Él escucha todo lo que han hecho y enseñado”. Una relación de acercamiento se teje entre Jesús y sus apóstoles durante este compartir.

Enseguida ellos son invitados a venir a un “lugar apartado”. Para qué? Para descansar “un poco”. Alrededor de ellos, había una gran cantidad de gente “que no tenían tiempo ni para comer”. La invitación de Jesús responde a las necesidades de todo ser humano: comer, descansar, retirarse del núcleo de la acción, tomar un momento para si mismo. Cristo se revela como aquel que cuida de los suyos de una manera particular.

Jesús ofrece a los apóstoles un tiempo privilegiado para detenerse, antes de empezar otra etapa de la misión. Hace que sus apóstoles se sientan cercanos a Él. Cuántas veces los relatos del evangelio nos cuentan que los discípulos buscaban a Jesús mientras Él estaba alejado en un lugar especial para estar cerca de Dios? Jesús incita a los apóstoles a vivir de manera más intima con Él para no sucumbir ante el activismo de la misión.

Y como la multitud es grande, y la gente los persigue, una gran masa de gente que tiene hambre física y  hambre de la Buena Nueva (de escuchar una noticia de esperanza, de optimismo, de aliento, de amor…) que andaban como un rebaño sin pastor, Jesús prepara los apóstoles para que encuentren un sentido a la actividad misionera.

ella apenas empieza! La multitud espera justo al otro lado del lago o del rio. Y Jesús “siente compasión” cuando la ve. Aparte, en un lugar desierto, ahora  ofrece  a la gente un tiempo de reposo y de encuentro con Él.

Los apóstoles son testigos de la manera como Jesús se preocupa y vela por el bienestar de todo ese mundo hambriento de la Palabra de Dios.

Hoy, Jesús nos reúne al lado suyo y después de una semana de actividades, de trabajo o quizás mismo  de vacaciones.

Venimos de algún lugar para estar en su presencia y compartir con Él nuestros hechos y gestos realizados por amor y para disponernos a escuchar la Palabra de Dios.

Este tiempo de descanso nos permite emprender de nuevo la marcha, retomar el camino?

Que impulso y que fuerza , qué inspiración me da este rencuentro dominical?



Aproximación psicológica del evangelio:


Pastores que no son más pastores

Jesús desea un poco de soledad y tranquilidad para que sus discípulos puedan desconectarse de toda preocupación, y reposar con Él. Pero no todo sale tal cual como se pensaba, puesto que Jesús ve llegar multitud de gente y para él,  esto constituye una experiencia que lo compromete, que lo "agarra". Jesús se siente implicado y tocado profundamente al ver una infinidad de personas  que tienen necesidad y que buscan quien se ocupe de ellas, que llevan una larga  y pesada carga de vivencias (cfr. Mateo 11,28), que tienen hambre y sed de las cuales nadie se preocupa o presta atención.

Nos encontramos acá con una de las críticas más profundas de Jesús y de cara a la institución religiosa de su tiempo: la religión no responde a las verdades necesidades, no entienden el sentido de necesidad que tiene la gente. Más precisamente los agentes de pastoral no son verdaderos acompañadores espirituales:
-    
     Ellos tienen mucha “organización”, pero no tienen una verdadera práctica evangélica (Mateo 7,21-23).

-         Ellos no cargan de verdad junto con la gente sus interrogantes, cuestiones vitales y problemas (Lucas 11,45-46).

-         Ellos no tienen una fe liberadora y comprometida y tampoco ayudan a los otros a llegar a ella o a ese ideal.

-           Ellos se preocupan por las apariencias y el poder exterior, pero no asumen sus verdaderas cuestiones y su vivencia interior (Mateo 23,25-28).

Aquí está el por qué Jesús afirma que con tales sacerdotes y tales animadores, la gente se ve a la larga sola, afligidos “sin pastor”, y esta situación está lejos de dejarle indiferente.

Es porque Él mismo ha decidido renunciar a su trabajo como carpintero  y llegar a ser “constructor  o edificador de hombres”, así como Él ha llamado a otros a dejar su trabajo de pescadores para ocuparse de los hombres y de las mujeres. Él se definirá como un pastor, y esta imagen sugiere dos grandes responsabilidades: acompañar a la gente en sus cuestiones y guiarlos en el camino hacia los prados verdes que alimentan de verdad (cfr. Juan 10).

Esto implica que el pastor tome primero en mano su propia vida, que trabaje en su propia liberación y que asuma sus propios compromisos, porque es solamente con estas condiciones que aquel o aquella que viene hacia el pastor “encontrará de qué alimentarse”  (Juan10,9).

En el relato de Marcos, la alusión al pastor es por otro lado seguida del relato de la multiplicación de los panes, donde Jesús es presentado como Aquel que alimenta efectivamente aquellos que vienen a Él.

Pero es a  nuestra propia práctica que nos reenvía la alusión al verdadero pastor y la crítica de los malos pastores, porque nuestra solidaridad humana en Jesús, en adelante  nos convierte en pastores los unos de los otros.



REFLEXIÓN

Las vacaciones no son paréntesis espirituales!

O como nos decía uno de los padres formadores en el seminario antes de partir a vacaciones por un mes: “La espiritualidad no tiene vacaciones”…Incluso había un compañero seminarista muy relajado que nos decía sin menor vergüenza que él no iba a la misa durante las vacaciones porque según él a lo largo del año en el seminario y en la actividad pastoral en las parroquias de la ciudad él asistía a unas 200 misas!

Es el peligro de comprender mal el tiempo de reposo, de vacaciones o hacer turismo, ya lo decía la semana pasada…el ser humano no puede pasar por la tierra meramente como un turista porque corre el riesgo de perderse el verdadero placer del color y del paisaje existencial.

El descanso tiene de positivo que permite interrumpir el trabajo, salir de la rutina a veces alienadora, adormecedora y agotadora para permitirnos encontrarnos con nosotros mismo, detenernos, evaluar y rencontrar el sentido de la vida.

El evangelio de este domingo nos permite constatar que hay dos tipos de fatigas: la de aquel que marcha largo tiempo para cumplir su misión…Es la de los apóstoles, es la misma de Jesús que se sienta fatigado al bordo del pozo de la samaritana…
Y hay otra fatiga, aquella de las ovejas “agotadas, abatidas por el cansancio”.

“Jesús tuvo compasión de ellas porque estaban fatigadas como ovejas sin pastor” (Mateo 9,36).

Como respuesta a la primera fatiga, Jesús propone a los discípulos lo que él mismo vive: el retiro, el silencio, lo apartado.

Jesús ha enviado sus discípulos para hacer lo mismo que Él: enseñar, anunciar el Evangelio y sanar los enfermos. Ahora les propone el mismo reposo: retirarse en un lugar desierto y alejado, para hacer silencio, rencontrarse, orar. “Jesús va a la montaña para orar solo” (Mateo 14,23)

Quizás esto puede decirnos algo a propósito de la manera como nosotros concebimos las vacaciones?...No hay de un lado tiempo gris y atenuado, vacío de Dios y de silencio, que seria lo cotidiano y un tiempo de colorido, interesante y rico, que seria el tiempo de vacaciones. 
El reposo está al servicio de la misión, de la vida entera. Si Jesús, el Hijo de Dios ha sentido la necesidad de tomar esos momentos de retiro, cuanto más lo debemos nosotros mismos tomar! Nosotros arriesgamos sin cesar de perder el sentido de esta vida. El ritmo en el cual nos dejamos constantemente sumergir no favorece para nada este retiro o tiempo de descanso, Se trata de rencontrar el sentido del por qué uno vive y uno trabaja.

Se trata de estar por demás a la escucha de aquello que el Señor quiere decirnos. Jesús saca provecho siempre de este tiempo de retiro. Cuando se aleja una noche para orar, lo hace para escoger los 12 a la mañana siguiente. 
Cuando Jesús se aleja para orar cerca de Cesarea de Filipo fue para preguntar a los apóstoles: “Quien dicen ustedes que soy yo?” (Marcos 8,29).

A menudo nosotros concebimos nuestras vacaciones como un paréntesis, como un tiempo meramente de distracción no destinado a permitirnos ser lo que somos en verdad, cuando el resto del tiempo nosotros soportamos nuestra vida. Pero no es así como Cristo utiliza este tiempo de descanso o retiro. Su vida es una unidad; ella toda entera está al servicio de su Padre y de su misión. No de una manera forzada o sobrehumana. Jesús sabe reposarse porque Él sabe lo que es la fatiga. Pero esos momentos de retiro, de alejamiento y de reposo pertenecen al tiempo de su misión, son todavía su misión. Ellos no son un paréntesis.

Por otro lado, hoy el tiempo de reposo comienza mal! El vuelve a encontrar la multitud. Los mejores planes o programas son aquellos que incluyen lo imprevisto. Como se dice en inglés: « ustedes quieren hacer reír al Señor, just make plans! “Hagan planes!” Y Jesús entonces ve otra forma o modo de fatiga, la más extendida quizás, la fatiga de aquellos que están alejados, desposeídos, que no tienen sentido de la vida y andan sin dirección. Esta fatiga es todavía más agobiante que la otra fatiga. Están aquellos que caminan y se cansan sobre un camino conocido y aquellos que erran (y o deambulan) sin saber a donde va su vida y cual sentido darle. A estos últimos, Jesús les “enseña” “largamente”. Nosotros podemos ayudar a nuestros hermanos dándoles un vaso de agua, como lo hará la samaritana- es igualmente muy apreciado en estos tiempo que corren!- pero también ensenándoles. Cuál Palabra el Señor esperas de mi? Cuál enseñanza? Para saber como estar atentos con nuestro cónyuge, con nuestros padres, con nuestros hijos, no tenemos acaso necesidad de esos momentos de retiro, de silencio y alejamiento? No para distraernos y olvidarnos de las preocupaciones sino para discernir cómo resolverlas,

No para huir de nuestra vida sino para vivirla mejor, con más calidad e intensidad.

Allá, en  Getsemaní (en el huerto de los Olivos) por  última vez, Jesús se retirará un poco a lo lejos para orar y encontrar de nuevo el sentido de su misión.

Que el Señor nos permita imitarle en sus retiros como en sus enseñanzas, en su actividad como en su reposo. Amén.



otra reflexión


Venid a un sitio tranquilo a descansar


P. Adolfo Franco S.J.
Comentario del Evangelio del Domingo XVI, TO
Marcos 6, 30-34

Los apóstoles han terminado su primera actividad apostólica, y al volver cuentan todo lo que cada uno ha hecho. Regresan felices. Ellos mismos han quedado admirados de todo lo que fueron capaces de hacer por la fuerza comunicada por Cristo. Al terminar de escuchar sus experiencias Jesús les invita a irse a un lugar solitario para descansar. Y por eso suben a la barca para buscar un sitio tranquilo.

La vida del hombre es trabajo, pero debe tener espacios solitarios de recuperación, de descanso. Este mensaje del evangelio de hoy parece necesario como nunca, para nosotros, hijos de una civilización que se mueve en forma vertiginosa. Vivimos a la carrera, con tanta prisa que ni nos damos cuenta de que vivimos. La velocidad de los acontecimientos es tan grande que no nos permite distinguir los hechos, vivirlos, gozar la vida, detenernos, profundizar, tener reposo. Como cuando una película se dispara en el proyector, entonces sus imágenes van tan aprisa que no percibimos lo que el filme nos quiere decir. La vida a veces la vivimos en forma tan agitada que no la llegamos a profundizar.

Será, seguramente, que necesitamos un poco de reposo, una pausa. Y esto no siempre es fácil, porque la prisa termina siendo una droga que nos envicia. Y necesitamos más y más prisa para sentir que seguimos vivos; y nos asustan las pausas, los silencios. Vivimos acelerados, y tenemos que aquietarnos. Pero la velocidad, como todas las drogas, tiene esas dos características de la tolerancia y de la dependencia. Cuando nos acostumbramos a vivir a una cierta velocidad, sentimos la necesidad de imprimir más velocidad (si no ya no se produce eso que muchos llaman “adrenalina”). Y cuando se nos para en seco (se nos quita la droga de la velocidad) nos viene el aburrimiento, parecería que nos cuesta vivir.

Pero el vértigo produce varios efectos nocivos a la calidad del ser humano. El primero es la superficialidad. No se tienen experiencias profundas, no se medita en las raíces, no hay espacio para la quietud de la contemplación. La meditación, los espacios de reflexión, no caben en una vida llena de velocidad (por eso es frecuente que la gente diga que no tiene tiempo, o que no le alcanza el tiempo). 
Se tienen tantas informaciones que no hay tiempo para asimilarlas, perdemos la capacidad de reflexión sobre los acontecimientos; y sobre todo no tenemos el suficiente sosiego para darse un espacio a sí mismos. Somos hombres devoradores de noticias. 
Las amenas tertulias en familia o con amigos son tan escasas, porque nos cuesta estar quietos un rato sin estar urgidos por el reloj; enseguida surge: “disculpen tengo que irme, porque se me hace tarde”; y la tertulia se deshace, porque la prisa por irse contagia a todos los presentes. Hacemos demasiadas cosas pero no tenemos tiempo para la filosofía, para la contemplación, para la oración.

Pero no menos problema que la superficialidad es la provisionalidad. Todo se vuelve provisional, todo es “usar y tirar”. La comida es al paso, las relaciones son al paso. Hoy digo que sí, mañana no sé qué pensaré. No hay principios estables, no hay compromisos duraderos. La velocidad con que todo cambia, no nos permite darnos cuenta de lo duradero, y de lo perenne. Parecería que solo hay velocidad, sin nada de esencial. Como si lo único verdadero fuera el fluir, el correr. No hay valores estables en la vida: también se piensa que los valores (morales, religiosos) son negociables, y se pueden cambiar o evadir, cuando no estén de moda. Y lo mismo pasa con las instituciones, y con una de las más sagradas, el matrimonio y la familia. Los compromisos duran unos cuantos plazos, hasta que encuentre un “nuevo producto” que me guste más que el que ya me aburre de tanto verlo, y lo cambio por uno nuevo. El hombre de hoy puede tener el peligro de no saber comprometerse.

Por eso es tan importante el consejo del Evangelio: vamos a un lugar apartado, para descansar un poco. Y si esto vale para la vida natural, mucho más vale sobre todo para nuestra vida sobrenatural. La pausa es necesaria para darle espacio a la fe, a entrar en el espacio de la contemplación, donde se produce el encuentro con el Rostro Amado; para eso es necesario un tiempo y un espacio en soledad, tranquilo. Para entrar en nuestro mundo interior, profundizar en él, para ver nuestra realidad y purificarla. Para entrar en la paz de una oración quieta, que nos llene de savia vigorizante, nos hace falta quietud. Cumplamos, pues, la invitación que nos hace Jesús, de ir a un lugar solitario para descansar un poco.


     OBJETIVOS DE VIDA PARA LA SEMANA :

-    Si aun estoy en vacaciones o mejor, si ya estoy trabajando y o estudiando, me doy un momento de reposo y de silencio para rehacer mis fuerzas.

-   Cada día de esta semana , releo el Salmo 22 y dejo que el Señor, mi Pastor, me conduzca hacia la paz.



ORACION:

Como el pastor vela  por sus ovejas,
Tu nos proteges y cuidas Señor.
Bendito seas Padre de Bondad
Por guiar nuestra existencia y
Por instruirnos largamente con tu Palabra de Vida.

Como el Pastor vela por sus ovejas,
Tu nos das tu Hijo, Señor
Y guías nuestros pasos.
Bendito seas Padre de Bondad por reunirnos
Y hacer de nosotros el Pueblo que amas.

Como el Pastor vela por sus ovejas,
Tú haces de nosotros Señor, un pueblo fraternal.
Bendito seas Padre de Bondad, por hacernos revivir
Y  por preparar para nosotros. 
La mesa donde nos das el Pan de Vida.

 Como el Pastor vela por sus ovejas,
 Tu estas siempre con nosotros
 Y Tu eres nuestra vida.

 Bendito seas Padre bueno
 Por darnos tu aliento
 Por colmarnos cada día  
  Del don de tu Espíritu. Amén





BIBLIOGRAFIA:


-      Pequeño “Prions en Église”, Edicion quebequense, Novalis, 2012.

-      HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.

-      https://liturgia.jesuitas.pe/2021/07/18/el-senor-recomienda-paz-y-silencio/

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