REZAR EL ROSARIO CON LA AYUDA DE LOS SANTOS Y SANTAS QUE HAN AMADO INTENSAMENTE LA EUCARISTÍA (2)
Orar con el Rosario nos abre a la grandeza de la Eucaristía.
Porque al rezar el Santo Rosario, éste nos hace entrar en el
corazón de María y María nos conduce a la Eucaristía. Dispongámonos, dejémonos conducir a este
tesoro de tesoros que es la EUCARISTIA.
El Santo Cura de Ars exclamaba un día: “No hay nada tan grande como la
Eucaristía, Dios no puede resolverse a dejarnos solos sobre la Tierra. Él
desciende todos los días sobre nuestros altares, donde nos espera día y noche.”
De este mismo modo se lo recordó el Señor con gozo a Santa Faustina: “mira, ama, ve al tabernáculo, yo deseo
bajar a tu corazón, nada me impide el acceso, no hay ningún guardián, tu puedes
acercarte a mí en cualquier momento, en cada hora del día, yo deseo tanto
hablarte y prodigarte tantas gracias”.
LOS MISTERIOS LUMINOSOS (jueves)
Creados por el papa de santa memoria Juan Pablo II, y agregados a los
otros misterios tradicionales en 2002,
cuando se convocó un año del Rosario; estos aparecieron en su carta "Rosarium Virginis Mariae" (“El Rosario de
la Virgen María”).
En aquel tiempo el Papa decía: “El Rosario es mi oración preferida. Es una oración maravillosa. Maravillosa
por la simplicidad y su profundidad. Recitar el Rosario no es más que
contemplar con María el rostro de Cristo…Es urgente que nuestras comunidades
cristianas se conviertan en auténticas escuelas de oración. Y para ello el
Rosario es una vía hacia la contemplación. Caminar con María a través de las
escenas del Rosario, es como entrar en la “Escuela” de María para leer a
Cristo, para penetrar sus secretos, para comprender su mensaje.
“Entre más
se consagre un alma a María, más pertenecerá ésta a Jesucristo” (Tratado de la
verdadera devoción de San Luis-María Grignon de Monfort). El Rosario, “resumen del evangelio”, permanece por
María una alabanza incesante de Cristo.
Continuación de los “Misterios gozosos” del anuncio de
la venida de Cristo y de su infancia, los “Misterios luminosos” conciernen a la
vida pública de Cristo, de su bautismo hasta la hora de su pasión (“Misterios
dolorosos”, seguidos de los “Misterios gloriosos”).
Los “Misterios luminosos” completan así la lista de
misterios que el Rosario se propone meditar.
Una de las voluntades del Papa al crear esta nueva
serie de misterios era la de volver a colocar en el centro del Rosario la
acción y el mensaje de Jesús. Y estando ahí la figura de María para guiar en la
comprensión de los Misterios.
Los misterios luminosos son recitados y meditados
preferiblemente los jueves.
Vivir estos misterios de luz fijos los ojos en Jesús que me
llama a seguirle.
Descubrir que Él está ahí como la luz que viene a darle
sentido a toda mi vida.
Dice Jesús: “Yo soy la luz del mundo”.
PRIMER MISTERIO
DE LUZ:
EL BAUTISMO DE JESÚS
Jesús es bautizado por Juan Bautista en las aguas del Río
Jordán.
Dejo que el Espíritu Santo renueve en mí las GRACIAS DE MI
BAUTISMO.
Ven, ven Espíritu Santo!
Ven Espíritu de fuego, hazme entrar en las aguas vivas del
corazón traspasado de Jesús. Renuévame
en la Fe, yo tengo necesidad de Tí.
San Padre Pío ha dejado salir de su corazón este
pensamiento: “El mundo podrá vivir sin
sol pero no sin Eucaristía. Mil años de gloria humana no pueden compararse con
una hora vivida tiernamente con Jesús en el Santísimo Sacramento”.
Oremos para que nosotros seamos fieles a nuestro Bautismo,
Oremos por aquellos que se preparan al Bautismo.
Padre
nuestro,
Dios
te salve María (10)
Gloria…
Oh buen Jesús, perdona nuestras culpas, presérvanos
del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre
especialmente a las más necesitadas de tu Divina Misericordia.
SEGUNDO MISTERIO
LUMINOSO:
LAS BODAS DE CANÁ
En las Bodas de Caná Jesús ha cambiado el agua en vino. Para
Dios no hay nada imposible. Jesús interviene por la Oración de María: “hagan todo lo que Él les diga”.
María continúa intercediendo por nosotros. Ella ruega por
nosotros pecadores. María tú estabas presente en Caná cuando Jesús cambió el
agua en Vino. María tú sigues estando presente en cada Eucaristía, cuando el
pan es transformado en su cuerpo y el vino en su sangre.
Nosotros queremos maravillarnos de la acción de Dios.
Nosotros queremos agradecerle.
Santa Rita decía que en la
Hostia, ella veía el rostro glorioso del Señor y Jesús le dice: “lo que tú ves en realidad las almas lo ven
por la fe. Cada hostia contiene realmente mi vida entera. El alma debe tener la
fe para que yo pueda actuar en ella”.
Oremos por las parejas, por los matrimonios en dificultad,
Oremos para que el señor aumente nuestra fe y así podamos
creer en lo imposible.
Padre nuestro,
Dios te salve María (10)
Gloria…
Oh buen Jesús, perdona nuestras culpas, presérvanos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Divina Misericordia.
TERCER MISTERIO
LUMINOSO:
EL ANUNCIO DE LA BUENA NOTICIA (Jesús comienza
su vida pública)
“El Reino de
Dios está en medio de ustedes”.
Dejémonos tocar, renovar, sanar, fortalecer por el poder de
su Palabra.
Él es el Verbo de vida. Que yo me enamore de su Palabra
(Evangelio) para vivir y testimoniar y encontrar fuerza y coraje.
La Bienaventurada Madre Teresa de Calcuta ha dicho: “El tiempo que ustedes pasen ante el
Santísimo Sacramento, es el mejor tiempo que ustedes podrán pasar en la Tierra.
Cada instante pasado con Jesús profundizará su unión con Él, hará más bella su
alma en el Cielo y contribuirá a aportar una paz eterna sobre la Tierra. Ante
Jesús en el Santísimo Sacramento nosotras (Hermanas de la caridad) hemos
sentido un amor más profundo por Cristo a través de los rostros
maltratados de los pobres”.
Oremos por los predicadores, los sacerdotes, los testigos de
la Buena Noticia.
Oremos para que seamos testigos audaces y valientes,
Oremos por los misioneros y las vocaciones.
Padre nuestro,
Dios te salve María (10)
Gloria…
Oh buen Jesús, perdona nuestras culpas, presérvanos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Divina Misericordia.
CUARTO MISTERIO LUMINOSO:
LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS
Sus vestidos se volvieron blancos como la nieve.
La voz del Padre se dejó escuchar: “Este es mi Hijo muy Amado”. Estas mismas palabras del Padre fueron pronunciadas sobre mí, el día de mi Bautismo: “tú eres mi hijo (a) muy amado (a)”.
Gustemos y experimentemos este
amor del Padre. Dejemos su luz sanadora llegar hasta la profundidad de nuestro
ser.
Jesús decía a Santa Faustina: “Tú considerarás mi amor en el Santo sacramento, aquí yo estoy
enteramente a tu disposición: alma, corazón y divinidad, cuando el alma se
acerca a mí con confianza, yo la colmo de tantas gracias que ella no puede
contenerlas todas, para que ella las
proyecte hacia otras almas”.
Oremos
para que nuestro corazón esté abierto y sepa acoger todas las Gracias de Dios.
Oremos
por las personas que se cierran al amor de Dios, por quienes se les dificulta reconocer
su Gloria y su Omnipotencia en el amor.
Padre nuestro,
Dios te salve María (10)
Gloria…
Oh buen Jesús, perdona nuestras culpas, presérvanos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Divina Misericordia.
QUINTO MISTERIO LUMINOSO:
LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA
Jesús hace el don de su vida al mundo, dándose enteramente
en la EUCARISTÍA. Qué gran misterio! Jesús se hace presente en el Pan y en el
Vino. Yo contemplo este empequeñecimiento de Jesús mismo.
Yo acojo mi pobreza, yo acepto mis debilidades, yo me uno de
todo corazón a Él, ofreciéndome tal como
soy.
Jesús decía a Santa Gertrudis: “Allí en la Eucaristía, en la generosa bondad de mi corazón yo sano las
heridas de todos los humanos, yo procuro el consuelo a los que sufren, el
perdón a los pecadores, yo enriquezco la pobreza por el don de la virtud y yo
consuelo a cada quien en sus pruebas.”
Jesús también decía a la bienaventurada Dina Bélanger: “No hay invocación que responda mejor al
inmenso deseo de mi corazón eucarístico que de reinar en las almas”.
Corazón eucarístico de Jesús que tu Reino venga por el Corazón
Inmaculado de María.
Oremos por el Papa Francisco para que pueda transmitirnos
este amor por la Eucaristía.
Oremos para que los cristianos redescubran el don de Dios en
LA EUCARISTÍA.
Padre nuestro,
Dios te salve María (10)
Gloria…
Oh buen Jesús, perdona nuestras culpas, presérvanos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Divina Misericordia.
(Continuará...)
Aquí los misterios gozosos:
http://padregusqui.blogspot.ca/2013/10/los-misterios-del-rosario-y-la-devocion.html
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