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“Misioneros de esperanza entre los pueblos”
Lecturas: Is 52,7-10; Sal 96; Rom 10,9-18;
Lc 10,1-9
1. Introducción: ¡Qué hermosos son los pies del
mensajero!
El
profeta Isaías comienza con una frase muy curiosa:
“¡Qué
hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que
trae la buena noticia, que pregona la salvación!” (Is 52,7)
¿Han
visto alguna vez a un mensajero corriendo con alegría?
Isaías imagina a alguien que no camina triste ni cansado, sino que corre,
con los pies ligeros, para anunciar algo bueno: que Dios no nos ha
olvidado, que viene a salvarnos.
Hoy,
queridos niños y adolescentes, la Iglesia celebra a esos mensajeros: los
misioneros y misioneras, los que dejan su tierra para contarle al mundo que
Jesús está vivo y nos ama.
2. Anécdota: El cartero alegre
Había un
cartero en un pequeño pueblo que todos esperaban con ilusión. No porque trajera
dinero o regalos, sino porque siempre venía sonriendo. Un día un niño le
preguntó:
—“¿Por qué siempre estás feliz?”
Y el cartero respondió:
—“Porque llevo buenas noticias. ¿Cómo podría ir triste con un corazón lleno de
mensajes de amor y esperanza?”
Así debe
ser cada cristiano: un mensajero de esperanza. Eso significa ser
“misionero entre los pueblos”.
3. Evangelio: Jesús envía de dos en dos
El
Evangelio de san Lucas nos cuenta que Jesús envió a setenta y dos discípulos
de dos en dos. Les dijo:
“La
cosecha es mucha y los trabajadores pocos.”
Jesús los
envió sin maleta, sin dinero, sin comodidades. Les dio dos armas poderosas:
- la paz, para llevarla a cada casa,
- y la palabra, para anunciar que el Reino
de Dios está cerca.
¿Se
imaginan? Jesús confió su mensaje a jóvenes, sencillos, sin grandes estudios.
¡Como ustedes! Porque la misión no es solo para los adultos o sacerdotes,
sino para todo bautizado.
4. Segunda anécdota: El niño de la sonrisa
misionera
En
África, una misionera contaba que un niño, cada vez que llegaban enfermos al
hospital, les regalaba una sonrisa.
Un día ella le preguntó:
—“¿Por qué sonríes siempre, incluso cuando estás cansado?”
Y él contestó:
—“Porque Jesús me pidió que lo ayudara a curar con mi alegría.”
Ese niño
entendió el Evangelio mejor que muchos: su sonrisa era su misión.
5. San Pablo y la misión de anunciar
En la
segunda lectura, san Pablo nos recuerda algo fundamental:
“¿Cómo
creerán en Aquel de quien no han oído hablar? ¿Y cómo oirán si nadie les
predica?” (Rom 10,14)
Dios
necesita voces y corazones valientes. Algunos van lejos, como los
misioneros en África, Asia o la Amazonía. Pero otros, como ustedes, pueden
ser misioneros en su escuela, su barrio o su familia.
- Cuando compartes tu
merienda, eres misionero.
- Cuando defiendes a un amigo,
eres misionero.
- Cuando rezas por los que
sufren, eres misionero.
- Cuando sonríes o ayudas sin
esperar nada, eres misionero.
6. Ser “misioneros de esperanza entre los pueblos”
El lema
de este año, “Misioneros de esperanza entre los pueblos”, nos invita a no
rendirnos ante la tristeza del mundo.
Hay guerras, hay pobreza, hay gente que no cree… pero el misionero es como una
lámpara en medio de la noche.
Su tarea no es solo hablar de Dios, sino mostrar con su vida que el amor de
Jesús transforma todo.
7. Anécdota final: La carta sin dirección
Cuenta
una historia que un niño escribió una carta a Dios pidiéndole ayuda para su
mamá enferma. En el sobre solo puso: “Para Dios, en el cielo”.
El cartero no supo qué hacer, así que la llevó al sacerdote del pueblo. El padre
la leyó, rezó por la mamá, y le llevó medicinas y comida.
Semanas después, el niño volvió a escribir:
“Gracias,
Dios, por responderme tan rápido. Tienes ayudantes muy buenos.”
Ese
sacerdote fue misionero de esperanza: fue la respuesta de Dios a una oración.
8. Conclusión y compromiso
Queridos
niños y adolescentes:
Hoy Jesús también nos dice: “Vayan”. No esperen a ser grandes para ser
misioneros.
Cada uno puede ser una pequeña chispa de esperanza:
- con la oración,
- con la solidaridad,
- con la alegría,
- con el testimonio.
Recuerden
siempre:
“¡Qué
hermosos son los pies de los que anuncian la Buena Noticia!”
Que
María, Estrella de la Evangelización, nos ayude a llevar a Jesús a todos
los rincones, empezando por nuestro propio corazón.
🕊️ Oración final
Señor
Jesús,
gracias por llamarnos a ser misioneros de esperanza.
Haznos valientes para hablar de Ti,
generosos para servir,
alegres para compartir tu amor.
Bendice a todos los misioneros del mundo
y haz que nuestra vida sea una sonrisa tuya para los demás.
Amén.
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