martes, 15 de agosto de 2023

16 de agosto del 2023: miércoles de la decimonovena semana del tiempo ordinario


(Mateo 18, 15-20) El primer paso sugerido por Jesús está marcado de delicadeza. El respeto por los demás es necesario en todas las etapas. Denunciar malos comportamientos haciendo moralismo durante la predicación no invita a la conversión, sino que muestra un deseo de dominar, de humillar al otro.


El modo y la manera de tratar a los demás se advierten, especialmente en las situaciones de crisis, cuando la vida comunitaria se ve puesta a prueba. De aquí que en este discurso se aborde el trato de la comunidad con los pequeños, con el hermano pecador y el ejercicio del perdón.

Hna. Carmen Román Martínez O.P.


Primera lectura

Lectura del libro del Deuteronomio (34,1-12):

En aquellos días, Moisés subió de la estepa de Moab al monte Nebo, a la cima del Fasga, que mira a Jericó; y el Señor le mostró toda la tierra: Galaad hasta Dan, el territorio de Neftall, de Efraín y de Manasés, el de Judá hasta el mar occidental, el Negueb y la comarca del valle de Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Soar; y le dijo: «Ésta es la tierra que prometí a Abrahán, a Isaac y a Jacob, diciéndoles: "Se la daré a tu descendencia." Te la he hecho ver con tus propios ojos, pero no entrarás en ella.»
Y allí murió Moisés, siervo del Señor, en Moab, como había dicho el Señor. Lo enterraron en el valle de Moab, frente a Bet Fegor; y hasta el dia de hoy nadie ha conocido el lugar de su tumba. Moisés murió a la edad de ciento veinte años; no había perdido vista ni había decaído su vigor. Los israelitas lloraron a Moisés en la estepa de Moab treinta días, hasta que terminó el tiempo del duelo por Moisés. Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos; los israelitas le obedecieron e hicieron lo que el Señor había mandado a Moisés. Pero ya no surgió en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor trataba cara a cara; ni semejante a él en los signos y prodigios que el Señor le envió a hacer en Egipto contra el Faraón, su corte y su país; ni en la mano poderosa, en los terribles portentos que obró Moisés en presencia de todo Israel.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 65,1-3a.5.8.16-17

R/. Bendito sea Dios,
que me ha devuelto la vida


Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!» R/.

Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres.
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
haced resonar sus alabanzas. R/.

Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo:
a él gritó mi boca
y lo ensalzó mi lengua. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (18,15-20):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»

Palabra del Señor

 

 

Orando Juntos con el Hijo



" Os aseguro, además, que, si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»

Mateo 18: 19-20

 

 

Esta es una promesa audaz e inspiradora de nuestro Señor. Este pasaje revela el deseo de Jesús de que oremos con los demás, uniendo nuestra oración como una sola y ofreciéndola al Padre. Jesús dice que cuando hacemos esto en unión con Su oración, nuestra oración será respondida.

 

Lo primero que hay que tener en cuenta es que este pasaje podría malinterpretarse fácilmente. Por ejemplo, ¿nos está diciendo Jesús que si dos o más personas se juntan y oran para que llueva, sucederá? Ciertamente no. La clave para entender este pasaje se encuentra en la última línea: "... estoy yo en medio de ellos". Esto significa que el objetivo de reunirnos con dos o más personas en oración es unir nuestra oración unificada a la oración de Jesús. El Padre siempre escucha y responde la oración del Hijo. No importa lo que el Hijo le pida al Padre, se lo concede. Así, este pasaje nos dice que el objetivo de reunirnos en oración con los demás, es decir, con la Iglesia, es unirnos a la única y eterna oración de Dios Hijo. Esto se cumple ante todo dentro de la Sagrada Liturgia. 

 

Cuando nos reunimos en la liturgia, nuestra oración siempre es escuchada. ¿Por qué? Porque la liturgia es, ante todo, una acción de Dios Hijo en la que nos invita a nosotros, la Iglesia, a participar. Y la oración que se ofrece es la oración única y eterna por la cual Dios Hijo pide al Padre que lleve la salvación a todos aquellos que aceptan la acción salvífica de Su sacrificio en la Cruz. Cuando nos unimos a esta oración, lo solicitado se concede.

 

¿Qué tipo de oración no recibe respuesta? Primero, Dios no concede lo que no cumple con su misión. En segundo lugar, si oramos por la realización de la voluntad de Dios, pero no hacemos nuestra parte, entonces nuestra oración no puede ser respondida. Por ejemplo, si rezas para vencer un pecado en particular, pero luego no respondes a la gracia que Dios da, entonces esto no es culpa de Dios. Tercero, orar por venganza sobre aquellos que nos han lastimado es ineficaz. Y cuarto, orar por la conversión de alguien que se niega a arrepentirse tampoco podrá cumplirse, a menos que finalmente se arrepienta. Estos son solo algunos ejemplos.

 

¿Qué tipo de oración es eficaz? Como ya se ha mencionado, la oración de la liturgia como único sacrificio de Cristo siempre se escucha cuando participamos en ella. Pero hay otras formas en que nuestra oración unida se cumplirá con certeza. Por ejemplo, si te reúnes con otros y juntos oran por la gracia de una conversión más profunda, puedes estar seguro de que se ofrecerá la gracia. Entonces depende de ti abrir tu corazón a esa gracia para que sea efectiva. O si oras para que Dios ofrezca su misericordia a alguien que está atrapado en el pecado, puedes estar seguro de que esa gracia se ofrecerá, incluso si la persona se niega a aceptarla. Y la lista podría seguir. En pocas palabras, si nos reunimos con otros y buscamos unir nuestra oración a la única y perfecta oración de Dios el Hijo que se ofrece al Padre Celestial, entonces esa oración del Hijo en la que compartimos será respondida. Quizás la mejor manera de orar juntos de esta manera es rezar la oración del “Padre Nuestro” con otro. Esta oración siempre es escuchada y contestada por el Padre, ya que es la oración que nos da el Hijo.

 

Reflexiona hoy sobre Dios el Hijo orando al Padre. ¿Cuál es tu oración perfecta? ¿Qué le pides al Padre? Busca formas en las que puedas unirte a otros para unir tu propia oración a esta oración del Hijo de Dios. Haz esto ante todo en la Sagrada Liturgia, pero busca otras formas en las que puedas practicar esta forma de oración. Orar junto con otros en unión con la única oración de Jesús siempre será respondido por el Padre Celestial. 

 

Mi perfecto Señor, todo lo que pides al Padre te es concedido. Por favor, llévame a mí y a todos los miembros de Tu Iglesia a Tu perfecta oración al Padre. Que podamos participar en esta oración especialmente a través de la Sagrada Liturgia, y también cuando nos reunimos como dos o más. Oremos solo contigo y de acuerdo con Tu perfecta voluntad. Jesús, en Ti confío.

 

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